Integrar elementos naturales en construcciones, espacios públicos y ambientes privados aporta equilibrio: mejora la salud mental al reducir el estrés y favorecer el bienestar emocional.
Actualmente la conexión con la naturaleza se ha convertido en una necesidad para el bienestar integral. De allí que la biofilia, entendida como el vínculo entre los seres humanos y la naturaleza, ha cobrado especial relevancia por su impacto positivo en la salud mental y emocional.
Sandra Ontiveros, docente de Psicología de la Universidad Europea, explica que “a lo largo de la historia, muchas sociedades han encontrado un equilibrio con su entorno, desarrollando prácticas, creencias y rituales que honran y respetan la tierra y sus ciclos. Recuperar ese vínculo nos permite reevaluar nuestra relación con el medio ambiente, fortalecer la cohesión social y reconectarnos con una parte esencial de nuestra humanidad. En las ciudades, donde a menudo nos sentimos desconectados, volver a lo natural también significa reconectarnos con nosotros mismos y con los demás, adoptando una perspectiva más consciente, colectiva y sostenible”.
En este contexto, el informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS) «Espacios verdes y azules y salud mental» destaca que el contacto con la naturaleza, incluso en entornos urbanos, contribuye a mejorar el estado de ánimo, fortalecer la resiliencia y reducir los efectos psicológicos del cambio climático, además de fomentar la actividad física. En detalle, los beneficios de conectarse con la naturaleza están relacionados con:
● Mejora del estado de ánimo y la salud mental: En un mundo donde el ritmo acelerado puede generar altos niveles de estrés, la naturaleza actúa como un refugio terapéutico dado que ayuda a reducir la producción de cortisol, la hormona del estrés; y por el contrario, estimula la liberación de serotonina y endorfinas, asociados con la felicidad y el bienestar.
● Restauración de la atención: En un entorno digital donde las multitareas exigen atención constante, la mente se agota rápidamente. Por ende, conectarse con espacios naturales brinda un descanso, permitiendo que el cerebro se relaje y recupere su capacidad de concentración. De este modo, es posible mejorar significativamente la claridad mental y la productividad.
● Mitigación del impacto del cambio climático: El cambio climático no solo afecta el medio ambiente, sino también el bienestar emocional de las personas y de ahí surgen fenómenos como la ecoansiedad, que causan preocupación a causa del deterioro ambiental y el futuro del planeta. Estar en contacto con la naturaleza permite reconectar con el entorno de manera positiva, generando una sensación de esperanza y motivación para aportar desde acciones sostenibles.
● Fomento de la actividad física: Los espacios verdes ofrecen oportunidades para la actividad física. Siendo así, los espacios naturales presentan la oportunidad ideal para hacer caminatas, haking, entre otros, que permitan tener un momento de conexión mientras en paralelo se mantiene una actividad física para fortalecer la relación cuerpo – mente.
● Oportunidades de interacción social: Los espacios verdes son puntos ideales de encuentro naturales donde las personas pueden reunirse, compartir experiencias y fortalecer lazos sociales. Desde un picnic en familia hasta una caminata en grupo o una conversación en un jardín, estos entornos favorecen la comunicación, el compartir, y el sentido de comunidad.
Cabe resaltar que, en un país como Colombia, reconocido como el más biodiverso por kilómetro cuadrado, con 311 tipos de ecosistemas continentales y marinos y un 53% de su territorio cubierto por bosques, la oportunidad de fortalecer este vínculo con la naturaleza cuenta con mucho potencial.
De hecho, este enfoque se ha materializado en iniciativas como el proyecto del Hospital Fundación Valle del Lili, en Cali, que ha integrado el diseño biofílico para crear un ambiente hospitalario que favorece la recuperación de los pacientes y reduce el impacto ambiental de la institución de salud. Mientras que, en Cartagena, el proyecto de arquitectura biofílica liderado por Grupo Attia representa un modelo de urbanismo sostenible, incorporando la naturaleza dentro de los espacios habitacionales para mejorar la calidad de vida de sus residentes.
En esa línea, “integrar elementos naturales en construcciones, espacios públicos y ambientes privados aporta a ese equilibrio: mejora la salud mental al reducir el estrés y favorecer el bienestar emocional; fortalece la salud física al incentivar el movimiento y la actividad; y potencia la salud social al facilitar encuentros, vínculos y sentido de comunidad. La biofilia, entonces, no es solo una corriente estética o arquitectónica: es una estrategia eficaz de promoción y prevención en salud pública. En un país como Colombia, donde la biodiversidad es una de sus mayores riquezas, reconectar con la naturaleza en la vida diaria es también un compromiso con el bienestar colectivo” explica Sandra Ontiveros.
Así, más allá del disfrute personal, la conexión con la naturaleza se convierte en un compromiso con la salud del planeta y de las futuras generaciones.
Fuente: Confidencial Noticias
