Cualquier parque, jardín, rotonda, mediana o árbol debe ser tratado como una joya, su mantenimiento es una obligación y aumentar la superficie verde un reto inmediato.
Conservar y aumentar nuestros espacios verdes es vital para nuestra salud y esto debe ser prioritario para los gestores públicos. Debemos tener presente que el 70% de la población vive en ciudades y que el incremento de espacios verdes forma parte de la solución para la recuperación del planeta. Desde hace años numerosos estudios científicos indican la directa relación entre los espacios verdes de las ciudades con la salud de la población. Todavía hay quien actúa de espaldas a la evidencia, ¿Porqué?
Si pusiéramos la extensa bibliografía existente en los últimos 10 años sobre la necesidad de zonas verdes y los beneficios que aportan a los habitantes de las ciudades, necesitaríamos muchas páginas solo para nombrar sus títulos. Investigadores de todo el mundo, universidades e instituciones han realizado profundos análisis para argumentar este hecho. Ya en 1984, se realizó un estudio en un hospital de Pennsylvania (EE UU), en donde analizaron dos clases de habitaciones: unas con vistas a una zona de arbolado y otras cuyas ventanas daban a una pared de ladrillos. En lo que se refiere a las demás características y equipamientos, las habitaciones de ambos grupos eran iguales. Los resultados mostraron que los pacientes con vistas a espacios verdes tuvieron menos días de estancia postoperatoria, tomaron menos analgésicos y recibieron menos comentarios negativos de evaluación en los partes de enfermería que los pacientes cuya ventana daba a la pared. Este fue el primer estudio que mostró que la simple vista de una zona con árboles podía traducirse en beneficios para la salud.
Desde entonces han sido muchos más los estudios que inciden en la necesidad de espacios verdes. Recientemente la revista The Lancet Planetary Health publicó un estudio en donde establece que la falta de acceso a espacios verdes en un millar de ciudades de 31 países europeos (los Veintisiete de la UE además del Reino Unido, Suiza, Noruega e Islandia) provoca 43.000 muertes. Este es el primer gran estudio que calcula el número anual de muertes que podrían prevenirse si las ciudades europeas y las grandes ciudades lograran la recomendación de la OMS para la exposición a espacios verdes.
También un equipo combinado de investigadores de ETH Zurich, el Instituto de Ciencias Atmosféricas y Climáticas y la Universidad de Newcastle, ha descubierto a través de análisis estadísticos que las lluvias en Europa podrían incrementarse plantando más árboles. En su artículo publicado en la revista Nature Geoscience, el grupo describe el uso de datos de pluviómetros de toda Europa para construir sus modelos. Jessica Baker, de la Universidad de Leeds, ha publicado un artículo de News & Views en la misma edición de la revista que describe el trabajo realizado por el equipo en este nuevo proyecto.
Plantar árboles en Europa podría provocar más precipitaciones. Intentar llenar de placas solares el campo puede que no sea la única solución ante la problemática acuciante del Calentamiento Global.
Se ha avanzado mucho en disminución de deforestación, la sociedad y los responsables están más concienciados ahora que hace décadas, no cabe duda, pero falta todavía que actuemos desde todos los ámbitos porque se siguen destruyendo áreas verdes, talando árboles y edificando en exceso. Es necesario renaturalizar las ciudades y establecer las herramientas necesarias para que todo ello se lleve a cabo, dotando los proyectos de recursos económicos y humanos. Y tenemos que darnos prisa porque el tiempo vuela.