En Jerez de la Frontera los naranjos no se recortan y ofrecen todo su esplendor: el aroma de azahar y la sombra de sus copas.
Es en ésta época primaveral cuando más se aprecia la presencia de los naranjos en las calles andaluzas porque comienza su floración y se desea el resguardo de su sombra. Sin embargo en los últimos años se ha extendido una práctica que los debilita, los afea y además nos deja sin los valores por los que fueron plantados: la flor, el fruto y la sombra.
En Jerez de la Frontera no es así. Sus calles están llenas de naranjos bien cuidados, con su porte natural y ahora en plena floración llenan las calles del olor característico de azahar. Esta ciudad está llena de plazas y calles arboladas como la calle Porvera, cubierta de grandes jacarandas o la emparrada calle Ciegos y la calle Ancha con naranjos. La Plaza del Arenal y la Plaza de Rafael Rivero son ejemplos de naranjos bien cuidados, sin podas abusivas, que permiten su floración.
Pasear por las calles de Jerez es una auténtica delicia, el frescor, el aroma, el cuidado de sus plazas, jardines y arbolado denota el interés de este municipio por un bien tan importante y necesario como el verde urbano, haciendo la ciudad amable y habitable.
José Elías Bonells, Ex Jefe de Parques y Jardines de Sevilla, lleva muchos años denunciando este atropello: «Lo único que pido es que a los naranjos plantados los dejen libres que puedan crecen en libertad en nuestras calles y plazas, que puedan ofrecernos todos su beneficios y que sigan siendo el árbol tradicional de toda Andalucía.«
Ojalá tomen nota de esta buena gestión de Jerez otras ciudades andaluzas y se erradique la dichosa moda de “recorte” de los naranjos porque no tiene sentido.
Enhorabuena al Ayuntamiento de Jerez de la Frontera por su buen hacer en los espacios verdes de la ciudad y por el cuidado de su arboleda como patrimonio que aporta beneficios a la salud de sus ciudadanos y visitantes.