Días atrás se volvió a dar lamentablemente un nuevo suceso laboral en jardinería que por desgracia se llevó la vida de una persona. El trabajador, que en un horario poco frecuente, desempeñaba labores de mantenimiento en el jardín de una residencia privada, tuvo la mala fortuna de encontrase con un cableado eléctrico que lo electrocutó. De nuevo, nos encontramos con una tesitura en la que todo apunta a que no se guarda la debida filiación laboral.
La propiedad, que es quién contrata los servicios de un supuesto profesional, debe asegurarse de que quien va a realizar el trabajo es un profesional que cumple con la legalidad porque en caso contrario está incurriendo en delito y por tanto tiene responsabilidad penal. Por otro lado, en este tipo de accidentes, el trabajador no puede beneficiarse de las prestaciones reconocidas en el marco de las contrataciones laborales que cubrirían bajas por accidente o enfermedad, lo que lo deja en un desamparo absoluto.
Los trabajos realizados de forma ilegal, que a todos nos parecen “normales” por ser habituales en nuestra sociedad, generan problemas más graves de lo que podemos pensar y hacen flaco favor a las personas contratadas que, como en este caso, no es un accidente más, sino que culmina en el fallecimiento del trabajador. Las administraciones competentes deben destinar más recursos y evitar este problema tan extendido y grave en el sector de la jardinería.
Desde AMJA seguiremos trabajando, como hasta ahora, informando y concienciando a la población en general y en colaboración de los Colegios Profesionales, instando a la Junta de Andalucía para que actúe con eficacia en contra de la economía sumergida, con el objetivo de profesionalizar la jardinería y evitar que se produzcan estos desafortunados accidentes.