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La Casa del Rey Moro es un conjunto monumental único por su interés histórico, clave en la historia de la Reconquista y en la defensa de la ciudad, a lo largo de la historia. El conjunto se compone de tres elementos: la Mina de Agua, la Casa y el Jardín.
El Jardín diseñado por Jean Nicolas Forestier en 1912 por encargo de la Duquesa (primera obra reconocida del francés en nuestro país).
Forestier proyecta un jardín mediterráneo, que combina la influencia del clásico jardín hispanomusulmán con el diseño geométrico del jardín francés. Adapta su trazado al estrecho solar en desnivel en el que se asienta, salvado con el diseño de tres terrazas. Aprovecha la potencia del terreno instalando miradores al Tajo y a las montañas.
Recientemente, los Jardines de la Casa del Rey Moro, declarados Bien de Interés Cultural (BIC), han recuperado una fuente que fue expoliada hace, aproximadamente, 20 años, un adorno que fue traído a Ronda desde París, según ha explicado Fernando Amores, profesor de Historia del Arte de la Universidad de Sevilla (USE); Enrique Salvo Tierra, profesor y doctor de la Universidad de Málaga (UMA), y Elena López, presidenta de la Asociación de museólogos y museográfos de Andalucía. Todos trabajan en un proyecto global para poner en valor este antiguo recinto.
Con esta fuente, según han dicho, la Duquesa de Parcent, que construyó la Casa, del siglo XVIII, y que encargó al arquitecto paisajista francés Jean Claude Nicolas Forestier el diseño de los jardines, quiso aportar un toque musulmán a los jardines.
La fuente fue destrozada y expoliada posteriormente y en 1995, este empresario adquirió la Casa sin ésta. La antigua propietaria le puso en conocimiento de su existencia y recientemente fue localizada en la ciudad del Tajo, en un almacén de objetos antiguos.
La empresa Dédalo Bienes Culturales, S. L. la ha restaurado. Esta fuente se cree que data de entre finales del siglo XVIII y principios del XIX y, en mármol y con detalles musulmanes, se cree de fabricación otomana o de la India moghul.
Según las imágenes de la época, el lugar era habitual para la celebración de bodas o para fotografiarse por parte de los rondeños.