“Queremos que los pliegos de conservación cambien en los ayuntamientos de toda España y que no se diga que hay que podar en otoño o invierno”, asegura Mariano Sánchez, jefe de la Unidad de Jardinería y Arbolado del Real Jardín Botánico-CSIC
Fuente: Álex González El Periódico de España
¿De dónde viene su amor por los árboles?
Entré opositando para plantas tropicales de invernadero, pero en el Real Jardín, donde ahora hay unos 1.400 árboles de 300 especies, no había nadie especializado en arbolado. Fue tras la organización del invernadero Santiago Castroviejo, con sus miles de especies, cuando empecé a especializarme en arboricultura, que es el estudio del árbol en general desde la elección de la especie más adecuada para cada arboleda. Si está cerca de un hospital, colegio o lugares de trabajo, tienes que evitar especies alergénicas; si está cerca de un parque infantil, evitar las que tengan espinas o sean venenosas. Después en un vivero seleccionas el ejemplar más cercano a lo que buscas.
¿Y a qué se dedica su asociación?
Divulgamos la arboricultura adecuada para cada uno de los sitios y lugares. Tenemos la revista La cultura del árbol con artículos de opinión, científicos y técnicos para promover el mejor cultivo de los árboles y su conservación. Las podas solo tienen que hacerse en árboles de riesgo o que molesten a vecinos. Si una rama se mete en una ventana, se quita esa rama, pero no se generaliza la poda de toda la calle. La gestión tiene que ser árbol a árbol, no calle a calle. Queremos que los pliegos de conservación cambien en los ayuntamientos de toda España, y que no se diga que hay que podar en otoño o invierno. Es decir, solo con elementos que creen distorsión o generen riesgo.
¿Cuál es su árbol predilecto?
El olmo del Cáucaso porque tiene un porte muy interesante. Es el que mejor se adaptaría a la plantación en avenidas. El cambio climático nos está forzando a hacer cambios de especies ya que el castaño de Indias, el tilo o los arces lo están pasando mal. Hay que buscar especies que se adapten a los climas de las ciudades españolas para 2050 o 2100.
¿Cree que en Madrid hacen falta más?
Madrid tiene muchos árboles, en cantidad está bien, pero en calidad no tanto. Los árboles no tienen que estar plantados cada cuatro metros, hay especies como el plátano de paseo que debería estar a unos 10 metros.
¿Cuál considera que es el árbol apropiado para un entorno urbano?
El plátano de paseo es un árbol que aguanta bien la poda, pero hay que tener en cuenta que muchas plagas que llegan con la globalización lo afectan. Ninguna especie debería superar el 5% del arbolado de una ciudad.
¿Y cuál es el que se planta y es menos útil?
Hace años se plantó el olmo pumila -que es de rápido crecimiento, con sombra- porque desapareció el autóctono de muchas ciudades por una enfermedad. Como le gusta el sol, se va hacia el centro de la calzada, y aunque lo podes, empieza a haber riesgos serios de rotura de ramas porque se va pudriendo. Tiene una vida corta y ahora hay que hacer una buena gestión con ellos.
¿Cuál es el árbol que nadie debería perderse si visita el Jardín Botánico?
La Parrotia persica, que en otoño es espectacular porque se pone rojo, y si lo echas al agua por la madera que tiene se hunde. Después también está el olmo del Cáucaso, que tiene 42 metros de altura, y el ciprés más antiguo, que tiene entre 325 y 340 años y ya estaba cuando Carlos III decide traerse el Jardín Botánico.
¿Qué consejo le daría a un ciudadano sobre el respeto a los árboles?
Lo único es que la conservación del arbolado debería estar dentro de la ley de salud pública. Bajan la temperatura, impiden los efectos isla de calor en las ciudades, retienen contaminación y son el elemento fundamental y económico para tener una salud ciudadana adecuada.
¿Y a un político?
Le obligaría a vivir en una calle sin árboles y al lado de una plaza con hormigón o granito. Lo haría para que se den cuenta de cómo se pasa en verano a las dos de la tarde atravesando ese sitio para cruzar a un quiosco o al supermercado.