Desde el 24 al 27 de Mayo hemos asistido a las Jornadas Internacionales de Arboricultura y XVII Campeonato Nacional de Trepa de Árboles que ha organizado la Asociación Española de Arboricultura junto con Jardín Botánico de la Concepción y el Ayuntamiento de Málaga. Todo un acierto en cuanto al excelente contenido y en el lugar de celebración. En unos días en dónde las temperaturas comienzan a subir el frescor del Jardín de la Concepción y la belleza de sus especies hacen que el evento gane sin duda en calidad.
En cuanto al contenido comenzando por Francis Halle que habló, entre otras muchas cuestiones, de la inteligencia de las plantas que con sólo tres órganos son capaces de realizar funciones similares a las de un humano que posee cien órganos vitales, Bill Logan y su conferencia sobre el suelo estructural, la creatividad de las raíces, la necesidad de utilizar arbolado acorde con el sustrato o generar en la ciudad infraestructuras para el desarrollo de raíces de árboles grandes que son los que más beneficios nos proporcionan, fue sin duda interesantísima.
Luis Alberto Díaz Galiano hizo una excelente exposición sobre las palmáceas que dejó a los más de 180 asistentes boquiabiertos. Sus conocimientos sobre morfología y biomecánica nos hizo pensar en lo mucho que queda por saber de estas especies tan singulares que son las únicas que viven más de 300 años ya que, al contrario de los árboles, toda su estípite tiene la misma edad y está viva. También habló de la importancia de conocer los daños causados por caída de ramas o árboles, un porcentaje tan pequeño que es superado por accidentes de vehículos, domésticos o incluso de meteoritos, por lo que se debe tener sentido común y no talar sin un buen diagnóstico que lo certifique.
Ted Green y Jill Butler nos enseñaron la importancia de la conservación de árboles viejos. Nos introdujeron en la historia y el uso de los árboles por el ser humano y de los ejemplares que perduran después de cientos de años. Una curiosa visión en éstos tiempos en lo que lo viejo tiene poco valor. Jill Butler llevaba una camiseta rotulada con una sugerente frase: “La historia sin árboles es diferente”.
Enrique Figueroa redundó en los beneficios del árbol: salud física y psíquica, disminución de la temperatura, calidad ambiental y disminución de ruidos, realizando una llamada de atención a la conciencia política que debe haber en las ciudades para la buena gestión del arbolado urbano.
En cuanto al Campeonato Nacional de Trepa las fotos hablan por sí solas. Una organización magnífica, los arboristas participantes con un nivel de preparación elevado y el talante que los caracteriza de compañerismo unido al entorno ajardinado de la Concepción hicieron que el Campeonato tuviera un ambiente inmejorable.
Todo ello nos lleva a pensar que algo bueno está pasando en la arboricultura española. Necesitamos arboristas, muchos arboristas, y necesitamos que se valore y que se de a conocer a estos profesionales y defensores de los árboles. Ellos protegen el presente y el futuro de nuestros árboles y además lo hacen con pasión contribuyendo a que las ciudades sean más amables y saludables.
Somos conscientes de que falta mucho por hacer pero debemos difundir esta necesidad de profesionales y que fluya la sabia de nuevos arboristas en todas las ciudades porque como dijo Enrique Figueroa “El árbol no consigue solucionar todos los problemas pero en todas las soluciones está el árbol”.
Picar en las imágenes para ver ampliadas: