Acaba de ser galardonado con el premio OJA 2023, los Oscar de la Jardinería, por ‘Viridia’, un jardín de su propio diseño situado en Estepona.
Fuente: Málaga Hoy. Luis Vertedor.
Juan Pedro Sacedón nació en Madrid, pero desarrolló su pasión por la naturaleza en La Alcarria (Guadalajara), en una finca propiedad de su familia, donde, gota a gota, como una planta que absorbe el rocío de la noche, fue asimilando todos los conceptos del medio que le rodeaba. Una vocación tempranamente despertada que le llevaría a estudiar Paisajismo, montar su propia empresa en Marbella y también a proclamarse ganador del premio Ojeando los Jardines de Andalucía (OJA) 2023 (algo así como los Oscar regionales de la botánica) con su jardín Viridia, situado en Estepona.
¿Qué es lo más importante a la hora de diseñar un jardín?
La personalidad de quien vaya a convivir con él. El jardín es un espacio que aúna los hábitos y ritos de las personas que van a disfrutar allí. Hay que tener en cuenta para qué utilizan el espacio. Si salen a leer, a relajarse, a cenar… Normalmente los que disfrutan de ellos son familias enteras, entonces la clave está en construir algo que sea cómodo para todos.
¿Por qué eligió Marbella para vivir y trabajar y no cualquier otro sitio?
Fue por casualidad. Estaba trabajando en Inglaterra, vi un anuncio de una empresa de construcción de jardines, respondí, hice la entrevista y me cogieron. En el momento en que empecé a vivir me di cuenta de que el estilo de vida, la gente, la cultura… Todo se ajustaba a mí. Además, creo que como Andalucía no hay ningún otro sitio para hacer paisajismo. El clima es mucho más benigno que el de Madrid, por ejemplo. Haces un jardín y en un año las plantas están como si hubieran pasado cinco. Es fantástico. Permite hacer jardines desde mediterráneos hasta tropicales. El punto negativo es que es cambiante. Tengo muchos problemas con la humedad y el calor excesivo en verano. Aunque esto es algo cada vez más acusado en todos sitios.
Teniendo en cuenta el factor climático, ¿cuáles diría que son las especies vegetales más demandadas?
Los jardines malagueños siempre son curiosos. Al principio lo que más plantaba era vegetación subtropical, ahora especies mediterráneas que puedan sobrevivir en la costa. También por una cuestión de adaptación al tema hídrico. Hay que buscar especies que resistan largos periodos de sequía. La tendencia es introducir gravas u otros materiales del estilo. Aunque lo realmente interesante es lo que un jardín puede llegar a transmitir. Y eso va más allá de las especies o los materiales.
¿Cuál es el perfil de sus clientes?
Son de todas las nacionalidades. Tengo la suerte de trabajar con inmobiliarias y promotoras que hacen villas de lujo. Está muy marcado por eso. Consiste en hacer espacios que acompañen a la casa, en poco tiempo, y de manera que el comprador pueda disfrutar al máximo. Luego, por otro lado, tengo clientes que viven fuera y tienen su segunda vivienda en Marbella. Ahí las pautas vienen más marcadas por ellos. Suelen ser bastante exigentes, sobre todo con el mantenimiento. En este sentido, desde hace poco ofrezco un servicio que añade además supervisión. Diseñamos jardines, pero también hay que mantenerlos.
Está dirigido, entiendo, a un público de alto nivel adquisitivo. ¿Son los jardines sólo cosa de ricos?
No creo que sea así. Hoy en día hay mucha gente que con un pequeño terreno disponible se lo monta por su cuenta. La clave, en realidad, no es tanto el jardín en sí, sino la relación de la persona con el paisajismo. Es algo que se acerca a todo el mundo. Así me lo enseñaron de pequeño. Más bien, pienso, es una cuestión cultural y personal que, a veces, necesita desarrollarse con inversión privada. Tampoco hace falta tener mucho espacio, ni gastarse mucho dinero. Yo no tengo jardín, sólo una terraza, y disfruto de mis macetas.
¿Se dedica a esto y no tiene jardín…?
No, pero si vieses mi salón… (ríe). Tengo plantas de dos metros que llegan al techo.
Ah, tiene truco.
Sí (ríe). Y no lo echo de menos. El paisajismo se puede hacer a una escala muy reducida. El espíritu es cuidar la naturaleza. Esto está muy de moda ahora ligado a la ecología, pero siempre ha sido parte de nosotros.
¿Y qué iniciativa plantearía para darle más importancia desde lo público?
Potenciar el urbanismo vegetal, que es una cosa que se está perdiendo por las intervenciones precipitadas de la política, que van inaugurando sectores a trozos o cosas aleatorias simplemente para llamar la atención. Con urbanismo vegetal me refiero al montaje de un entramado verde en las ciudades y que éste se integre en la vida de la gente. Habría que tener mayor coordinación a nivel municipal. Y plantar más árboles. Eso es fundamental. Poner más flores está bien, sin embargo, lo prioritario son las cubiertas vegetales. Para eso son necesarios más árboles.
Volviendo a su labor: a la hora de diseñar un jardín, ¿gusta de replicar patrones o prefiere inventar?
Me gusta aprovechar lo que había antes en el sitio. Restaurar es muy interesante cuando hay cosas preexistentes con cierto valor. No digo que no haya que introducir cosas nuevas, lo que quiero decir es que es importante mantener la esencia, enlazar con lo ancestral, mirar atrás para seguir adelante. El que ha ganado el OJA tiene ese espíritu.
¿Y extrapola conceptos de otras disciplinas?
Sí. Mira, justo el del premio está inspirado en Palazuelo. En sus tramas geométricas y en los movimientos, que son capaces de generar. El arte es mi primera fuente.
¿Existe el jardín perfecto?
(Suspira) Un jardín no es una foto. Nunca está terminado. La mayor perfección es aceptar que la naturaleza está en constante cambio.