Arbolado de copas densas, plantas con bajas necesidades hídricas, pérgolas, sistema de riego de calidad y praderas naturales son algunas de las claves para combatir la sequía en los jardines.
Los datos son tercos. La realidad metereológica va colocando en su sitio a las ampulosas declaraciones, con más contenido desiderativo que otra cosa, de las autoridades. Sigue sin llover de manera suficiente en Andalucía y la cuenca del Guadalquivir registra niveles mínimos de agua embalsada. Pero lo que es peor que las previsiones no auguran que las lluvias futuras calmen la necesidad de agua en Andalucía.
Las claves para nuestros Jardines
Todas las plantas necesitan agua, pero unas más que otras. No es cuestión de abandonar el jardín sino de reconvertirlo y realizar cambios que supongan mejoras. El diseño del jardín debe adaptarse a las condiciones climáticas del lugar y en los tiempos venideros el agua escaseará cada vez más.
En el litoral mediterráneo y algunas zonas del interior de España disfrutamos de un clima templado. Los inviernos son suaves y lluviosos, los veranos calurosos y secos, y las primaveras y los otoños muy variables, tanto en temperatura como en precipitaciones. La lluvia en la región mediterránea no es muy abundante, prácticamente nula en estío, pero esto no impide que el jardín mediterráneo sea bello y rebosante de armonía. El jardín mediterráneo puede debe ser, sobre todo, sostenible y respetuoso con el medio ambiente.
En primer lugar, se deben crear un estrato arbóreo que aporte sombra. Arboles de copas densas como olivos, pinos o laureles y pérgolas sobre las que guiar plantas trepadoras o emparrados sencillos sobre los que enredar trepadoras.
Las plantas aromáticas son muy adecuadas por sus bajas necesicades hídricas y su utilización en el jardín es una opción segura: lavanda, romero, santolina, tomillo, etc.
Cambiar las praderas de césped por praderas silvestres. Las plantas de la pradera natural tienen raíces que se extienden muy por debajo del suelo (hasta 3,5 metros) y las raíces forman redes para absorber la humedad durante los períodos secos. Las plantas de la pradera crean más raíces cada año y algunas de las raíces mueren cada año, agregando nutrientes al suelo.
Un sistema de riego de calidad y con ahorro de agua es fundamental. A veces el consumo de agua es excesivo y es necesario realizar una instalación sin pérdidas, sectorizada según necesidades hídricas y con un consumo muy controlado que a la larga supone un ahorro económico enorme.