Desde la Asociación Multisectorial de la Jardinería Andaluza queremos expresar nuestro más sentido pésame por el reciente fallecimiento de Javier Soto Manzano.
Quiero expresar mis más sinceras condolencias por la pérdida de Javier Soto Manzano, un hombre cuya presencia y legado dejaron una huella imborrable en todos aquellos que tuvimos el privilegio de conocer y trabajar con él.
Conocí a Javier allá por el año 1994, cuando me dedicaba a la administración local y luchaba por implementar el servicio de parques y jardines en mi ciudad. Fue entonces cuando nuestras trayectorias se cruzaron. Él ostentaba responsabilidad técnica en una de las más prestigiosas marcas españolas de pratenses y desde el primer encuentro, Javier se destacó por ser un hombre cabal, generoso con su conocimiento y siempre dispuesto a ayudar. Mi inexperiencia y vehemencia me llevaban a consultarlo con frecuencia, y Javier siempre respondía con paciencia y sabiduría, ya sea por teléfono o apareciendo sorpresivamente para ofrecer su apoyo incondicional.
A lo largo de los años, tuve la fortuna de reencontrarme con él en diversas ocasiones, cada vez reafirmando su pasión por la jardinería y su deseo de compartir su vasto conocimiento. Su trato, cultura y cariño hacían de cada interacción una experiencia invaluable. En un mundo de negocios rápidos y a menudo carentes de escrúpulos, Javier brillaba como un faro de integridad y amor por su trabajo.
Incluso cuando su salud comenzó a declinar, Javier mantuvo su compromiso con la difusión de sus conocimientos. Su participación en la AMJA, a pesar de su enfermedad, demostró su fortaleza y su inquebrantable deseo de educar y apoyar a los jardineros andaluces y a todos aquellos que podían beneficiarse de su experiencia.
El 18 de junio, lamentablemente, nos dejó uno de los más admirados expertos en semillas y céspedes. Su profesionalidad, conocimiento y extraordinaria personalidad de compañerismo y bondad hicieron de él un referente en el sector. Desde Andalucía, queremos agradecer todo lo que hemos aprendido de él. Su alegría y positivismo eran contagiosos, y siempre encontraba soluciones para cada desafío, explicando con paciencia y humildad, cualidades que sólo poseen las grandes personas.
Sabemos que en su enfermedad ha estado junto a su familia, su esposa Ana y sus hijos, a los que desde este humilde homenaje queremos trasladar nuestro más sincero pésame y que encuentren consuelo sabiendo que Javier siempre será recordado y honrado por su “familia” profesional.
Juan Manuel Ruiz Cobos. Presidente de Amja