El Profesor Ángel Enrique Salvo Tierra fue galardonado ayer en el Palacio de Viana de Córdoba por su trayectoria como referente en conocimiento, gestión y difusión de la importancia del verde en las ciudades.
El Premio Ibn Luyun distingue la trayectoria destacada de una persona, cuya dedicación y buen hacer, han contribuido a enriquecer la jardinería andaluza.
Al acto asistieron numerosos profesionales del sector verde, compañeros de investigación y académicos que han querido acompañar al profesor Salvo en este destacado acontecimiento que ha tenido lugar en un incomparable marco, el Palacio de Viana de Córdoba.
El Presidente de AMJA, Juan Manuel Ruiz Cobos, ha destacado la capacidad y merecimiento del premiado y ha instado a los políticos a “contad más con los profesionales del verde en todos sus rangos, abrir ojos y oídos los espacios académicos y de investigación” y del mismo modo, estando próximas las elecciones ha pedido a la ciudadanía “aplaudid a quienes dan el paso con inquebrantable voluntad y visión para hacer su ciudad más verde y más saludable”.
El Decano de la Facultad de Ciencias de la UMA, Antonio Flores Moya, ha sido el encargado de loar al premiado, dedicando elogiosas palabras a su nutrida y prolífica carrera de estudios, investigaciones y obras desarrolladas.
Por su parte el galardonado, Ángel Enrique Salvo Tierra, destacó que “Estamos en la zona cero de la crisis climática y las ciudades, nuestro hábitat, se verán especialmente afectadas. La terapia se receta en verde: árboles, jardines, parques. La profesión de jardinero, por su formación transversal, su experiencia directa y su diversidad de conocimientos, debe ocupar una posición preminente en la renovación de la planificación urbanística.”
Los espacios verdes urbanos son importantísimos en la mitigación de los efectos nocivos de las ciudades: la contaminación, la mala calidad del aire, estrés, afecciones respiratorias y otras enfermedades, suponen un aumento de la biodiversidad, resiliencia y una mejora de la salud física y mental de los ciudadanos. Por ello, es necesario concienciar de su importancia a los gestores, políticos y a la sociedad en general. La población urbana es de más del 70% del total y una buena gestión urbana supone un aumento del patrimonio y de la salud de su población, incidiendo considerablemente en la economía de las ciudades por el valor que aportan sus beneficios ecosistémicos.
El Premio Ibn Luyun
El Premio Ibn Luyun distingue la trayectoria destacada de una persona, cuya dedicación y buen hacer, han contribuido a enriquecer la jardinería andaluza. Amja pretende visibilizar la importancia de los espacios verdes en las ciudades, poniendo en valor la implicación de los profesionales, el trabajo y la capacidad de difundir conocimientos en lo que a jardinería se refiere.
Con motivo de su 20 Aniversario, Amja estableció el Premio Ibn Luyun para homenajear la trayectoria de profesionales de los espacios verdes.
El galardón consiste en un almocafre de bronce, realizado artesanalmente y que representa el origen andalusí de la jardinería y símbolo de este destacado premio.
En la primera edición fue premiado D. José Elías Bonells, por su enorme aportación a la Jardinería andaluza y su trayectoria llena de conocimientos y generosidad para los profesionales de esta profesión tan importante para la salud y la calidad de vida de los ciudadanos.
Ángel Enrique Salvo Tierra
Nació en Algeciras en 1957. Es licenciado en Ciencias por la Universidad de Granada. Director de la Cátedra sobre Cambio Climático de la UMA.
Desde 1980, es profesor de la Universidad de Málaga en donde obtuvo el grado de Doctor. Su Tesis fue reconocida con el premio extraordinario de Doctorado.
Como investigador en temas ambientales ha publicado una decena de libros y más de cien artículos en revistas especializadas.
En los últimos años dedica su investigación especialmente a incidencia de la crisis climática sobre la flora, la vegetación y la ordenación territorial, así como de su mitigación a través de las Soluciones Basadas en la Naturaleza e Infraestructuras verdes. Es asesor científico de distintos programas de televisión, dispone de la sección semanal ‘La tarde del Planeta’ participa frecuentemente en programas de radio y escribe una columna semanal para Andalucía Información.
Sus conocimientos, trabajos y difusión de la Jardinería, el diseño urbano, la infraestructura verde urbana y las soluciones basadas en la naturaleza han contribuido enormemente a la concienciación ciudadana y a la profesionalización de la Jardinería.
Porqué en mayo y porqué en Córdoba
La jardinería en general y la andaluza en particular debe mucho a los grandes estudiosos de la época andalusí. Fue entonces cuando se consideraron, como nunca, los beneficios de las plantas para el disfrute más completo, sensible y elevado del hombre. El jardín, en el periodo califal, toma un protagonismo claro, formando parte primordial de las construcciones más emblemáticas, siendo uno de los más bellos ejemplos la ciudad de Medina Azahara.
Córdoba es, por excelencia, la ciudad califal. En ella se desarrollaron hechos históricos y sociales que la establecieron como la capital más desarrollada de Europa en muchos aspectos como la astronomía, la medicina o las matemáticas y también la botánica, la edafología, el riego…etc., conocimientos que marcaron un estilo en el arte de crear jardines que hoy continúa vivo y que han dejado hermosos y numerosos ejemplos que todavía hoy podemos disfrutar.
Mayo es el mes de la explosión de las plantas, y en Córdoba aún más. Es la época y el lugar idóneos para insistir sobre la importancia de los espacios verdes en nuestras ciudades, en la necesidad de renaturalizarlas y de humanizarlas para conseguir los beneficios ecosistémicos tan necesarios para nuestra salud física y mental.
Sobre Ibn Luyun
Fue un polifacético agrónomo y poeta andalusí nacido en Almería en 1282 y es considerado el primer “jardinero andaluz”.
Inb Luyun es autor de al menos 25 obras, entre las que destaca un Kitāb al-filāha o Tratado de agricultura. Esta obra, escrita en Almería alrededor de 1348, está basada principalmente en la obra de otros agrónomos como Ibn Bassal, al-Tighnari, Ibn Abul Jawad o el propio Aristóteles, pero que recoge también multitud de reflexiones personales y observaciones directas, siendo uno de los pocos tratados sobre la materia que se conservan completos. Escrita en verso para facilitar su memorización, la obra recoge, entre otras cosas, apuntes sobre la morfología del típico jardín-huerto andalusí y de otras tipologías de espacio agrícola como el bustan o la almunia, análisis de los tipos de suelos, etc.