Aurora Baena, gerente de la Asociación Multisectorial de la Jardinería Andaluza (AMJA), explica: «Con el confinamiento, nos dimos cuenta de que las zonas verdes nos dan vida».
Fuente: Vanessa Melgar. DIARIO SUR
Hace dos años, la pandemia nos encerró en casa y, quizás, paredes adentro, germinó nuestra afición a la jardinería, desde comprar plantas para decorar el hogar, hasta crear nuestro huerto, de hortalizas o de aromáticas, y sembrar un naranjo. Aquí creen las empresas del sector en la provincia, los centros de producción y de jardinería (o ‘garden centers’, en este último caso), que está el origen del ‘boom’ que están viviendo, con un buen arranque de temporada, coincidiendo con la llegada de la primavera y, por ende, de la siembra en general, de las distintas especies vegetales y puesta a punto de jardines y otros espacios verdes. Esta tendencia se traduce en números positivos o, al menos, alivia los negativos, y en crecimiento para estas empresas que, con esta perspectiva optimista, tampoco pierden de vista problemas como las subidas de los precios de la luz y del combustible. Las que comercializan sus propias plantas y no dependen, exclusivamente, de proveedores, logran amortiguan la subida de precios al cliente.
En la provincia, según fuentes del censo del Impuesto de Actividades Económicas (IAE) de la Cámara de Comercio de Málaga, hay 450 licencias a empresas en comercio mayor de cereales, abonos, plantas… (según el epígrafe correspondiente de este impuesto); y 1.050 para comercio menor. En estas cifras se enmarcan empresas que se dedican exclusivamente a la jardinería, pero también otras que tienen en esta línea solo un complemento.
Aurora Baena, gerente de la Asociación Multisectorial de la Jardinería Andaluza (AMJA), que
cuenta con alrededor de 150 empresas asociadas, explica: «Con el confinamiento, nos dimos
cuenta de que las zonas verdes nos dan vida. Muchos municipios han apostado por poner en valor
espacios verdes. La ciudad ha ganado terreno a la Naturaleza y ahora la ciudad se tiene que renaturalizar, es decir, buscar ese equilibrio entre el verde, la biodiversidad y la calidad sin perder progreso».
Baena llama la atención sobre la provincia de Málaga, que señala como pionera en Andalucía en este sentido y pone como ejemplos a la capital, Estepona y Marbella, entre otras. «Están muy comprometidas con el verde», dice, lo que señala directamente al sector de la jardinería, que tiene que alimentar esta tendencia para ejecutar proyectos. Desde AMJA, que desarrolla el programa Andalucía en Flor, galardonando a los municipios que tienen en el verde uno de sus aliados, y abandera los beneficios ecosistémicos de las plantas; también mantienen que en los últimos diez años, el sector se ha profesionalizado, lo que repercute directamente en su crecimiento.
Gran demanda
En Ronda se ubica Viveros Gómez. Una de sus responsables, Patricia Córdoba, reitera el ‘boom’ de la jardinería. «Ha pegado un subidón impresionante después de la pandemia, del confinamiento.
Creemos que a la gente, al estar encerrados, le ha dado más por cuidar su casa, sus espacios…
Ahora estamos entrando en la temporada fuerte, en la primavera », afirma. Esta empresa, con ocho empleados, ofrece un servicio integral: fitosanitarios, plantas de interior, exterior, de huertos, aromáticas, frutales, tierra, abonos, artículos de ferretería, flores de tela, maquinaria, decoración…
Córdoba asegura que tienen «una gran demanda» pero que, al mismo tiempo, están experimentando problemas para atenderla, de desabastecimiento. «El tiempo no está acompañando, quiero decir, que normalmente hay un parón de la actividad en invierno y éste no se ha producido.
Las plantas se siguen vendiendo y cuando llega la primavera hay escasez en algunas. Las plantas necesitan un tiempo para crecer, para que se puedan vender.
El año pasado también nos pasó lo mismo», relata. A esta situación, Córdoba quiere sumar el aumento de los precios del combustible, de la luz, del autónomo… «Contamos con vehículo propio para cercanías, pero tenemos proveedores de Valencia, Galicia, Barcelona… El gasto de transporte es importante. También uno de Holanda, aunque, sinceramente, el margen de beneficio es cada vez más pequeño y casi no nos compensa realizar pedidos», lamenta.
La tendencia de los
huertos, consolidada
Los centros de producción de plantas y de jardinería de la provincia confirman, con sus ventas, la consolidación de la tendencia de los huertos de hortalizas (también de plantas aromáticas) para autoabastecimiento, una iniciativa que vivió su propio ‘boom’ hace dos años y que se sigue manteniendo.
«Mucha gente ha optado por cambiar el geranio por una tomatera, por ejemplo», explica Antonio Villanueva, de Viveros Guzmán. Son muchos los clientes que se han apuntado a este carro desde hace tiempo. En zonas rurales, esta actividad es tradicional y en urbanas, cada vez son más las personas que se decantan por ello y las ciudades que lo promueven.
Desde Viveros Guzmán, S. L., con tres centros de jardinería en Alhaurín de la Torre, Marbella y Tenerife y 18 centros de producción propios, uno de ellos, en Costa Rica, y en torno a 500 empleados; Antonio Villanueva insiste también en el «buen momento» del sector. «Estamos teniendo un buen arranque de campaña» y apunta, para explicarlo, de nuevo, a la pandemia: «Con la pandemia, tras el confinamiento, parece que queramos apostar por las plantas, para la decoración de la casa, jardines, pequeños huertos…», expresa.
En el caso de Viveros Guzmán, desde donde ofertan un servicio integral, y en cuanto a sus ventas, está teniendo salida todo en general, subraya este profesional, aunque concreta que despuntan las plantas de flor y los árboles frutales.
La ubicación en la Costa del Sol, en Marbella, también es clave para esta empresa de cara a la clientela extranjera que está afincados en el litoral con residencia fija o vacacional, con inmuebles, por lo general, con jardines. «Ahora acuden mucho más a los establecimientos, vienen de cara a Semana Santa y ponen a punto sus jardines», afirma Villanueva.
Viveros Guzmán, igualmente, también llama la atención sobre la problemática con los servicios de transporte y la subida de los combustibles y la electricidad, como en el caso de Viveros Gómez. No obstante, puntualiza que, en su caso, el hecho de contar con centros de producción propios permite amortiguar las posibles subidas de precios de cara a los clientes.
De la mano de la construcción Antonio Bazán, CEO de Agrojardín, en Estepona, también califica la situación del sector como «buena», destacando el emplazamiento de sus instalaciones en la Costa del Sol, en la que destaca la superficie de las zonas verdes y jardines, especialmente, de la población extranjera, que apuesta por éstos de forma más decidida y de los llamados nómadas digitales, empleados que fijan su residencia en poblaciones de litoral, atraídos por el clima y la calidad de vida, en general, en la que el verde es clave.
Desde Agrojardín también apuntan a la conexión entre la construcción y el sector, ya que la primera, especialmente en el litoral, ha remontado con creces. «Entre nuestras líneas de negocio está el landscaping’, es decir, la ejecución de jardines desde cero o en promoción de viviendas en colaboración con la constructora.
Contamos con un sistema patentado, Smart Garden & Desing, que consiste en unir toda la tecnología existente para que el jardín sea lo más sostenible posible: desde el tipo de plantas, sistemas de riego, control biológico de plagas, iluminación, mobiliarios…
Hasta la instalación de WiFi y también, el mantenimiento », expresa. Esta empresa cuenta con un equipo de personal propio que ofrece, incluso, la adaptación al ritmo de construcción. Del mismo modo, sus otras líneas de negocio son las ventas en su ‘garden centre’, con amplias gamas de plantas y productos, y la producción propia, el cultivo de especies, en una finca.
Dependiendo del tipo de planta, estos negocios tributan por las compras y ventas de estos productos al 21% o al 10%
Una de las demandas que cobra más fuerza en el sector de los centros de producción de plantas y ‘garden centers’ en la provincia es la bajada del Impuesto de Valor Añadido (IVA) que se aplica a las ventas de estos productos. Cabe recordar que en 2015, entró en vigor una rebaja, del 21% al tipo reducido del 10%, en algunos casos y que con anterioridad, el porcentaje era del 8%. Así, en la actualidad conviven los tipos del 21 y el 10, por lo que este segmento considera que el impuesto sigue siendo alto y que se podría llevar a cabo una rebaja que ayudaría a aumentar los márgenes de beneficio.
Al menos debería ser más bajo en el caso de plantas de huerto, medicinales y frutales
«El IVA sigue siendo muy alto, al menos, debería de ser más bajo en el caso de las plantas de huerto, medicinales y frutales », considera Antonio Villanueva, de Viveros Guzmán, en Alhaurín de la Torre, Marbella y Tenerife. En la misma línea, se pronuncia Patricia Córdoba, de Viveros Gómez, en Ronda: «El IVA es muy alto y eso conlleva subida de precios al cliente, si sube todo… Si antes una planta te costaba 0,60 euros, ahora está en 1,10 o 1,70. Al final todo repercute en el cliente. Hay plantas que se consideran casi como si fueran un artículo de lujo», apostilla.
En cuanto a los tipos, en concreto, cabe señalar que se gravan con el del 10% la venta y compra de las semillas, bulbos, esquejes, otros productos de origen vegetal susceptibles de ser utilizados en la obtención de flores o plantas vivas, plantas hortícolas, árboles y arbustos frutales, plantas aromáticas destinadas al condimento y flores y plantas ornamentales.
Las coronas funerarias, también tributan al 10%. El tipo del 21%, no obstante, grava las transacciones comerciales en el caso de las coníferas, helechos arborescentes, angiospermas de hoja persistente o caducifolia, arbusto ornamental, trepadoras, plantas acuáticas y palustres, palmeras, plantas bulbosas y tuberosas, helechos, cactus y plantas crasas, flores anuales, ficus, bromeliáceas, crasuláceas, marantáceas, aráceas, liliáceas y otras plantas de interior y orquídeas y epifitas.
La rebaja del 21 al 10% que se aplicó a principios de 2015, introdujo, como principal novedad, que las plantas y flores ornamentales pasaban al 10%, lo que planteó la dificultad de identificar el fin decorativo en cada caso.
También, otra de las problemáticas se refiere al hecho de las plantas que se venden en macetas, ya que estos últimos artículos se gravan al 21%. Surge la duda de qué IVA aplicar, aunque predomina el de mayor valor.