Su objetivo es reverdecer y despavimentar el municipio para que haya más sombras y los lugares sean más sociables, acogedores y saludables.
Cartajima es un municipio de la provincia de Málaga, situado en el oeste de la provincia en el Valle del Genal, siendo una de las poblaciones que conforman la comarca de la Serranía de Ronda. Cuenta con 241 habitantes (2016) y quiere despavimentar, reformar el patio del colegio y poner árboles y espacios verdes, plantar árboles, muchos árboles. Porque quieren tener sombra y que se pueda pasear por el pueblo y llegar a los castañares, de los que también les preocupa su protección y la conservación de las castañas autónctonas.
La semana pasada nos llamó su Alcaldesa, para ver si le podiamos ayudar a despavimentar y plantar árboles. No se reciben llamadas de estas todos los días.
Quedamos ayer para ver el municipio y me sorprendió lo pintoresco del lugar, la formalidad de sus ediles, la familiaridad con los vecinos y las ganas de “hacer cosas” que tenían. Nos fuimos inmediatamente a recorrer el municipio. Todo eran ideas, ideas innovadoras, que no te dejan ni respirar. Porque quieren arreglar todo y arreglarlo “ya”. Sus conocimientos sobre ecología, conservación y biodiversidad provienen del sentido común, de la lectura y el amor propio por conocer, algo que impresiona y, como dijo su alcaldesa cuando se lo comenté: “es sorprendente que nos sorprenda lo que debe ser normal”. Chapó!!!
El equipo de gobierno está formado por 4 mujeres con una fuerza increíble: la alcaldesa: Isabel Mª Jiménez Pérez (Cementerio, Residuos Sólidos, Asuntos Sociales, Alcaldía, Contratación, Hacienda, Economía, Recursos Humanos), Silvia Cruz García Bullón (Deportes, Comercio y Consumo, Parques y Jardines, Obras y Mantenimiento, Mujer, Festejos y Sanidad), Carmen Lagos Ortiz (Vías Públicas, Trafico, Agricultura, Ganadería, Medio Ambiente y Leticia González García (Turismo, Nuevas Tecnologías, Juventud, Seguridad Ciudadana, Enseñanza, Cultura) y todas ellas con un objetivo comun: reverdecer el pueblo para que haya más sombras y los lugares sean más sociables, acogedores y saludables.
Cuando hay tanta vocación, tanta pasión y dedicación, no se puede más que ayudar porque, como decía William Shakespeare, “Nunca hay nada malo en seguir la propia vocación.” Y además, lo unico que hay que hacer es aplaudir, y si puedes, cooperar para lograr ese objetivo.