Allá por mayo, cuando varios diarios de Sevilla se hacían eco de la incidencia arbórea del Alcázar, me dispuse a firmar una especie de premonición, https://amja.es/index.php/esta-amenazado-el-arbolado-urbano-de-sevilla/, algo que ni por asomo pensé pudiese ser mínimamente realizable o tan siquiera intuido. Pues cuan iluso yo que, a la vuelta de dos meses, los fantásticos planes del Ayuntamiento de Sevilla se llevan a término como elefante en cacharrería. No lo podía imaginar, porque entendía que el Servicio de Parques y Jardines estaba dirigido por Adolfo Fernández Palomares, persona inteligente, astuta y con un bagaje lo suficientemente prolijo como para hacer bueno un plan tan torticero y fanático.
Desde el día en que pedimos información técnica sobre lo que venía aconteciendo, mucho se ha escrito y no pocos vecinos y organizaciones de distinta índole se han quejado de la oscuridad con que se ha elaborado y ejecutado todo este desaguisado. Ésta Asociación, preocupada por el devenir de unos sistemas arbóreos tan insignes e importantes para el bienestar ciudadano, a los que habría de disponer la mejor destreza en su cultura y salvaguarda, tiene como poco que disentir de una estrategia que nos parece ausente de rigor y en la que desafortunadamente, se han volcado vanos y hasta penosos argumentos, pues recurrir al miedo nos parece como poco muy ruin, sobre todo cuando quién lo dice, sabe y conoce de los grandes avances que la arboricultura moderna nos dispone en el objeto de minimizar el riesgo, que por supuesto nunca será cero.
La caída de un Ailanthus no debiera haber sido el motivo para un hegemónico gesto de acción que el Sr. Fernández Palomares relataba para justificar una revisión general que, lógicamente debiera estar realizada y va en el sueldo. Lamentablemente la caída de ese árbol puso de manifiesto la dejadez y algo que, si bien es cierto, no se puede atribuir a una sola legislatura, tiene en quienes administran toda la responsabilidad. Las prisas nunca fueron buenas consejeras y evaluar 2.500 árboles en un mes es complejo, muy complejo por no decir que imposible si lo que se pretende es obtener un diagnóstico que soporte las evidencias estructurales de cada árbol y que más que “eliminar peligro” viniese a reducir el riesgo, el aparente y el real. Otra cosa es que, efectivamente, se haga una Evaluación visual (VTA ) sin más y nos inventemos un umbral que de “uno a cuatro” tabule la peligrosidad de los ejemplares y justifique únicamente la tala. Total, 2.500 ejemplares a talar, ahí es nada.
Hemos pedido la información sobre la evaluación y la callada está siendo inusitada, por ello, a sabiendas de que esta ya no llegará y que serán en todo caso los certificados de defunción de los árboles, venimos aquí a denunciar públicamente una praxis carente del más minino rigor evaluador. Nosotros no estamos en contra de nada o nadie, sabemos que había árboles en muy mal estado y que quizás no se hubieran podido sostener más tiempo así, pero también sabemos que, en muchos otros, en muchísimos, se hubieran podido proteger minimizando el riesgo. No se trataba de preservar todo, sino de gestionarlo.
De la información encontrada ya a ultimísima hora en la WEB municipal, poco o nada podemos intuir sobre la supuesta gravedad de la situación de los árboles “nivel 4” y así, de la presión llevada a cabo por tantos frentes hasta el pasado viernes, Parques y Jardines realizó una revaluación debidamente y con la metodología más convencional y actual. Esto ahora que hemos cercenado miles de ejemplares, no es más que un gran ejemplo de lo que debiera haber sido la mecánica a emplear y que pone en entredicho todo lo que se ha ido argumentando en estos días. La racionalidad de la que quiere hacer gala el Sr. Fernández ha quedado muy dañada, esta que debiera ser sinónimo de habitabilidad, confort y en definitiva calidad de vida de los vecinos, se estremece con solo oír hablar de fracaso en géneros como Ulmus spp. y Platanus spp., árboles que independientemente a la familia y los problemas fitosanitarios que amparan, son en su longeva y saludable persistencia todo virtudes para minimizar tantos y tantos impactos que el medio urbano auspicia.
Los árboles, no van matando personas por doquier, es algo demasiado serio como para hacerlo chiste o lanzarlo como amenaza ciudadana por injusta que es y más, viniendo de unos gestores a los que se le presupone una gran responsabilidad, la de hacer mejor y más feliz la vida ambiental de los vecinos de Sevilla. Las abejas matan, los golpes de calor también, los coches, la mala calidad del aire, etc. etc. Hay que informar a la población y no meterle el miedo en el cuerpo.
En una genialidad del cuadro de diagnóstico colgado finalmente, se destacan las 900 caídas de ramas y el presupuesto destinado para hacer frente a las reclamaciones, esto se hace sin explicitar que tipo de ramas caen, ¿cimales o ramas apicales …? Una excentricidad de relativización de las que gusta advertir al Sr. Director de Parques y Jardines, pero que lógicamente llevada a su terreno se desmorona en todo como cuando justifica en el debate celebrado el pasado jueves junto a Reyes Tirado, Presidenta de la Red de Sevilla por el Clima, que la acción se lleva a cabo sólo en el 1 % del arbolado de Sevilla… Todo un cúmulo de contradicciones que desdibujan mucho todo este mal trago para el vecino y la calidad de vida de los sevillanos.
Para nosotros, que la profesionalidad tenga cabida en lo que se haga bajo el patrocinio del erario público es un condicional permanente en nuestro quehacer asociativo. Entendemos que el cuadro técnico de Parques y Jardines de Sevilla está repleto de magníficos y aventajados profesionales, pero a ellos, ha sido recientemente cuando se ha unido bajo el amparo de una externa, la voz de un profesional que trata de arboricultura técnica y actual, y no es que antes no hubiese conocimiento no, ahora es que este conocimiento se ve impulsado y adquiere un valor real a los problemas del árbol de Sevilla y sus posibles soluciones. De la mano de un arboricultor no saldría una sentencia tan generalizada de exterminio. De la firma de un ETT, que por cierto debieran ser tropecientos para ese 1 % de árboles apeados, difícilmente se esculpiría una diagnosis tan escurrida y mediocre como para justificar la escabechina inmunda que se ha llevado a término en Sevilla.
No compartimos su racionalidad relativizadora Sr. Director de Medio Ambiente y Parques y Jardines, para nosotros sería un auténtico gozo leerle preocupado por como minimizar las cifras correspondientes a Sevilla sobre muertes prematuras ocurridas en España. ((Informe de la Agencia de medio ambiente europea por la mala calidad del aire. Si atendiéramos sólo a 3 bioindicadores medioambientales: (PM 2,5 (partículas en suspensión), NO2 (Dióxido de nitrógeno) y O3 (Ozono)). Las muertes prematuras atribuibles a la exposición a éstos elementos, estaría en torno a 30.000 personas en toda España. Si realizáramos cálculos básicos de estadística, podríamos estimar según la población de Sevilla en el año 2.016, que le corresponderían aproximadamente 450 personas en ese año. Muy por encima del histórico de muerte por árboles de todo el registro nacional, e infinitamente más que la de la ciudad que nos ocupa y preocupa. Estos datos son bastante más alarmantes que el riesgo 4 en árboles. ¿Y si tuviéramos en cuenta más indicadores, (refracción, golpes de calor, albedo, exposición directa a infrarrojos…), cuáles serían los números? Ahora le devuelvo la pregunta, ¿Quién se hace responsable de esto?
Quizá deberíamos pensar, que aumentar la cobertura vegetal, influya directamente en el confort urbano y por supuesto, en la salud de la población, de tal forma, que el cuidado y protección del arbolado, se convierte en un ejercicio obligatorio de aquellos que nos debemos a lo verde. Gestores de lo público, cuidadores y ciudadanía.
Los datos tenemos que gestionarlos también con justicia. Y es de justicia hacer que el árbol sea bien tratado, que la política se limite a su espacio y que el trabajo minucioso del arbolista tenga su tiempo de acción ajeno a presión alguna. Estamos tan necesitados de árboles, árboles adultos que no palos, que la erradicación de tan solo un ejemplar adulto sin la debida justificación profesional, debiera ser tomado como lo que es, un atentado ambiental con todas las de la ley. Árboles mayores de 77 cm de diámetro, eliminan aproximadamente 70 veces más la polución atmosférica anual (1,4 Kg/yr), que árboles de tamaño menor a 8 cm de diámetro (0,02 Kg/yr) ((Nowark 2.000)). Sabemos que los árboles tienen un ciclo de vida que difiere bastante del nuestro, al menos en cuanto a longevidad y madurez se refiere, esto significa que la biomasa necesaria para que un árbol nos depare sus múltiples beneficios llega a requerir una edad que lamentablemente ni Usted ni yo, podremos disfrutar ya en Sevilla en sus nuevas reposiciones. Serán cinco mil lo que planten, pero ¿sabe Usted quizás cuantos tendrían que ser para que la situación de la merma se equilibrara ….? Si tenemos en cuenta el estudio de Nowark, la respuesta es fácil. Al menos 175.000 Uds., es decir, debería volver a plantar todo el arbolado de la ciudad (según su inventario) ¿Esto quién lo planta, quién lo paga, quién lo gestiona?… y algo más importante… ¿quién lo riega? Sabrá usted, que el agua debemos empezar a entenderla como un factor limitante.
Toda esta maraña de datos (y son pocos), son siquiera, los que un gestor debería manejar antes de proponer la retirada de un solo árbol, y la gestión en ocasiones consiste en minimizar el riesgo de una forma real, y no tan exagerada. Ha sido muy triste oírle argumentar de forma preclara sobre la idoneidad de eliminar arbolado que carezca de pedigrí histórico o una homogeneidad en ejemplares que además requieren de continuas labores. ¡¡Lamentable!!
Estamos a su entera disposición, son pocos aun los profesionales del árbol que bajo la Tutela de la European Arboriculture Council se disponen en su día a día para dar lo mejor de Sí, cada uno en su capacidad y competencia, bien como ETT (Técnico) o ETW (Podador), el cuidado responsable de nuestros árboles es su afán.
Haga usted por ellos, que le ayudaran a la pedagogía, cultura y mejor planificación del árbol en su ciudad, que es la nuestra y de la Humanidad como dijo Blas Infante, no lo olvide.
Juan Manuel Ruiz Cobos
Presidente de AMJA