Ante las restricciones, Amja solicita a las administraciones que se tomen medidas para mantener de forma prioritaria las plantas y dotar de un mínimo mantenimiento a los espacios verdes en Andalucía.
Andalucía es la comunidad con mayor número de empresas del sector verde con un total de 6.000 empresas y 70.000 puestos de trabajo directos. El mantenimiento de los parques y jardines públicos alcanza un valor de 121 millones de euros en Andalucía y más de 12.000.000 metros cuadrados de espacios verdes públicos son cuidados por profesionales de la jardinería andaluza.
No es lo mismo baldear calles y lavar vehículos que mantener el patrimonio vegetal.
No se puede discutir que los espacios verdes son necesarios para la salud de las ciudades. Es necesario reverdecer las ciudades para minimizar los efectos del calentamiento global que provoca islas de calor en nuestras ciudades, con consecuencias muy nocivas para la salud: golpes de calor, enfermedades respiratorias y problemas de salud mental. Son conceptos hoy en día básicos y fundamentales que deben ser prioritarios en la gestión pública, organizando los departamentos internos de los ayuntamientos de forma transversal, atendiendo y priorizando los criterios medioambientales como base de su organización y no solamente para una sola legislatura sino con consensos a futuro de todas las fuerzas políticas para el bien de la ciudad.
Ante la actual y grave sequía que nos azota, desde la Asociación Multisectorial de la Jardinería Andaluza solicitamos a las diferentes Administraciones públicas que se tengan en cuenta argumentos muy importantes a la hora de restringir el consumo de agua en los diferentes ámbitos sociales.
La conservación del patrimonio vegetal, enormemente valioso, la utilización de nuevos conceptos técnicos para las nuevas y necesarias plantaciones de arbolado en las ciudades, con suelos estructurales y planificación urbana, que puedan crear los, tan necesarios, beneficios ecosistémicos que aportan los espacios verdes urbanos. Hacer las ciudades más amables, frescas, conectadas, sociales y saludables, es lo que se consigue con una buena gestión del verde urbano. Pero es que, además, las condiciones térmicas de nuestras urbes están viviendo un cambio brutal, para lo cual hay que caminar hacia la adaptación.
La ciencia y los profesionales tienen soluciones y capacidades para hacer estos cambios fundamentales y los necesitamos con urgencia. Los políticos deben apostar por este cambio desde una coyuntura global y multidisciplinar, porque la salud va en ello.
Necesitamos que se tengan en cuenta los espacios verdes como fuente de salud y se priorice su mantenimiento y conservación. En la mayoría de las restricciones de consumo, se iguala el gasto de agua de los jardines al del lavado de vehículos, limpieza de viales o fuentes ornamentales, algo que no es comparable ya que en estos casos las actuaciones se pueden continuar sin que afecte en gravedad a la población, mientras que la falta de conservación de las plantas supondría una pérdida enorme del patrimonio vegetal y repercutiría en el equilibrio medioambiental y la biodiversidad.
Es por ello por lo que solicitamos que se tomen medidas para mantener de forma prioritaria, ante la sequía, y para dotar de un mínimo mantenimiento a los espacios verdes en Andalucía.