Artículo de ABC hoy:
Andalucía, sus paisajes, sus monumentos, no se entiende sin sus jardines ni sus flores. Un clima amable casi todo el año, una herencia cultural recibida de los romanos donde la ventilación cruzada de sus patios servía para refrescar las estancias o de los árabes, para los que el riego y la jardinería eran imprescindidibles en sus palacios, hacen de nuestra región un lugar único donde promocionar este arte y oficio. Conscientes de su importancia se ha creado el proyecto Andalucía en Flor.
Esta iniciativa parte de la Asociación Multisectorial de la Jardinería Andaluza, cuyos objetivos son la protección, mejora y promoción de los espacios verdes de los pueblos de Andalucía. Por ahora se han adherido 15 municipios: Alfarnate, Alhaurín de la Torre, Antequera, Arriate, Benahavís, Castro del Río, Cañete de las Torres, Coín, Hornachuelos, Estepona, Istán, Jimera de Líbar, Luque, Marbella y Posadas. Cada uno paga a la asociación una cantidad casi simbólica, 250 euros anuales. Entonces, un jurado visita una vez al año, por primavera, todos los municipios adscritos al programa Andalucía en Flor. En función de cómo el municipio mantiene la ornamentación de sus calles y jardines podrán recibir una, dos o tres flores, como si fueran las estrellas «Michelin» de los restaurantes. El Jurado de Andalucía en Flor lo integran José Elías Bonells, como presidente, José Manuel Rodríguez Pérez y Ricardo Librero López, que aportan unos amplios conocimientos y profesionalidad ya «que son personalidades dentro del sector de la jardinería y el paisajismo de reconocido prestigio», según recoge la organización. Después de evaluar los pueblos la entrega de los galardones se hará durante los meses de octubre y noviembre.
Para la Asociación Multisectorial de la Jardinería Andaluza el fomento de los espacios verdes urbanos contribuye a «mejorar la calidad de vida de sus ciudadanos y las relaciones sociales, la imagen de los municipios para sus habitantes y visitantes, fomenta el turismo y genera foros de debate en torno a la gestión sostenible». Aurora Baena Luque, su gerente, no tiene dudas al respecto: «Cuando viene un turista el primer lugar que busca para hacerse fotos es aquel que tenga un fondo con flores; además está comprobado que una vegetación abundante puede hacer bajar la temperatura hasta diez grados, como ocurre en el parque de María Luisa de Sevilla en pleno verano en una zona de sombra y con una lámina de agua o fuentes».
Castigados por el intrusismo
Baena explica que la jardinería se estudia en formación profesional y existe un grado técnico dentro de ingeniería con su escuela de Jardinería. Ello no es impedimento para que sea uno de los sectores más castigados por el intrusismo. «Cualquiera tiene un conocido, un amigo, un pariente, que recomienda un jardinero a diez euros la hora sin formación ninguna y que son capaces de hacer unos estropicios irreparables», se queja la promotora. Por eso se fomenta el asociacionismo de todos los profesionales que de una manera u otra tengan que ver con el sector. Desde el Consejo Andaluz de Ingenieros Técnicos Agrícolas, pasando por paisajistas, viveros, la división de medio ambiente de empresas famosas de servicios o productores de fertilizantes y abonos, todos tienen su hueco.
Las cuotas de las empresas que se adhieren al proyecto son diferentes en función del número de trabajadores que tengan, e irán, desde los 50 euros al trimestre para las más pequeñas hasta los 250 para las más grandes. El objetivo principal de esta organización es «dignificar la profesión». «En la jardinería existe la formación, pero esta tiene que ser continúa porque hay mucha actualidad constante, mucha información y esta es además polivalente, lo mismo hay novedades en fertilizantes, en clases de riegos o maquinarias y mantenimiento. Por eso nuestros asociados necesitan tener un portal donde estar al día de todo esto y nosotros se lo podemos dar», añade Baena. Por último, esta gerente hace una encendida defensa de la jardinería como mejor método para combatir el estrés.
Las talas salvajes de los árboles a destiempo, el peor fallo
Para Aurora Baena, de la Asociación Multisectorial de la Jardinería Andaluza, dos son los principales fallos que se cometen en su sector por el intrusismo y la falta de especialistas y entendidos en la materia. Uno sería la tala de árboles con podas a destiempo y a su entender muy agresivas, dejándolos casi sin ramas. «Pareciera que hay una fobia a los árboles con esas talas tan salvajes. Existe un miedo a que una rama pudiera matar a una persona porque se le cae en la cabeza. Que yo sepa sólo se han dado dos casos en España, uno en Madrid y otro en Sevilla, con la cantidad de árboles que existen…», justifica. El otro es el control de plagas. «Cualquier persona no puede hacer un tratamiento por su cuenta. Se tienen que tomar medidas preventivas y tener conocimientos, los estropicios se dan», concluye.
ANDALUCÍA EN FLOR está patrocinada por MUNITEC, AGROJARDÍN Y VIVEROS GUZMÁN