El pasado 21 de agosto la Asociación Multisectorial de la Jardinería Andaluza solicitó informe técnico por el que se procedía a la brutal poda de un ejemplar de Araucaria heterophylla en el municipio de Punta Umbría, Huelva.
A pesar de que este Ayuntamiento posee una Ordenanza Municipal Reguladora de Zonas Verdes y Protección del Arbolado en donde expresa claramente: “La presente ordenanza tiene por objeto: 1. Preservar y proteger el patrimonio arbóreo de la ciudad, tanto en suelo público como privado, mediante su defensa, fomento y cuidado….”, la Asociación, tras varias peticiones e incluso conversaciones con responsables políticos, no ha recibido documentación que justificara dicha actuación.
Por ello, con la colaboración del equipo de abogados de la firma NERTIS ETL GLOBAL y atendiendo a uno de los objetos recogidos en los Estatutos de la Asociación, se ha procedido a tomar medidas legales contra este hecho, informando previamente a esta administración local.
El ejemplar de Araucaria heterophylla, en el que se ha realizado la poda, ha quedado condenado a un frágil y lamentable estado en contra de lo dispuesto en la Ordenanza Municipal Reguladora de Zonas Verdes y Protección del Arbolado de Punta Umbría y que merma con ello el patrimonio arbóreo de la ciudad.
La poda de refaldado consiste en eliminar aquellas ramas que pueden generar interferencias. Es evidente, que en este caso es excesiva y carente de criterios técnicos que la justifiquen. Este tipo de actuación eleva drásticamente los empujes de viento en las zonas más altas, generando un mayor momento de carga, además la pérdida de las ramas bajas impide la correcta disipación de estos esfuerzos. También es importante señalar que existe una pérdida de la propia estructura del árbol, pudiendo generar un desorden arquitectural así como un desequilibrio energético debido a la pérdida de almidón y a la síntesis de nuevas estructuras forzadas por la pérdida de copa.
Por otro lado, se generan multitud de cortes que aumentan la pérdida de agua y la merma de órganos productores, disminuyendo la capacidad fotosintética y así su vitalidad, además de generar espacios susceptibles de ser colonizados por hongos xilófagos que con el tiempo provocarán pudriciones asociadas.
También cabe destacar la pésima ejecución de cortes. Con ello se han generado tocones que imposibilitan los cierres de las heridas además de crear un verdadero obstáculo para los trabajadores profesionales del árbol. Otro hecho significativo es la pérdida del valor del árbol, tanto el estructural, es decir, el intrínseco, como la pérdida de beneficios asociados a valores ecosistémicos, sociales, sentimentales o históricos que lo hacían un árbol singular.